lunes, 18 de enero de 2010

BESARTE A MEDIA LUZ

Tenerte entre mis brazos
soñar que solo existes tu
poder acariciar tus labios
besarte a media luz.
Me cuesta tanto no soñarte
cuando cierro los ojos hoy
me cuesta tanto no llorar
cuando imagino que te vas.
Tenerte entre mis brazos
soñar que solo existes tu
poder acariciar tus labios
besarte a media luz.
Y el dia que acepte que de ti me he emanorado
podre vivir mucho mejor.
Siento celos de la brisa
cuando te hace temblar de frio
y cuando se que ya no te puedo querer mas
no puedo parar de llorar.
Tenerte entre mis brazos
soñar que solo existes tu
poder acariciar tus labios
besarte a media luz.
Y el dia que acepte que de ti me he enamoradado
podre vivir mucho mejor.
Y el dia que acepte que de ti me he enamorado
podre vivir sin el dolor.
Podre vivir mucho mejor
Podre vivir sin el dolor
Tenerte entre mis brazos
soñar que solo existes tu
poder acariciar tus labios
besarte a media luz.
Cruza en rojo


viernes, 15 de enero de 2010


¡Y amarle pude! Al sol de la existencia
se abría apenas soñadora el alma...
Perdió mi pobre corazón su calma
desde el fatal instante en que le hallé.
Sus palabras sonaron en mi oído
como música blanda y deliciosa;
subió a mi rostro el tinte de la rosa;
como l ahoja en el árbol vacilé.

Su imagen en el sueño me acosaba
siempre halagüeña, siempre enamorada;
mil veces sorprendiste, madre amada,
en mi boca un suspiro abrasador;
y era él quien lo arrancaba de mi pecho;
él, la fascinación de mis sentidos;
él, ideal de mis sueños más queridos;
él, mi primero, mi ferviente amor.

Sin él, para mí el campo placentero
en vez de flores me obsequiaba abrojos;
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Vivía de su vida apasionada;
era el centro de mi alma el amor suyo;
era mi aspiración, era mi orgullo...
¿Por qué tan presto me olvidaba el vil?

No es mío ya su amor, que a otra prefiere.
Sus caricias son frías como el hielo;
es mentira su fe, finge desvelo...
Mas no me engañará con su ficción...
¡Y amarle pude, delirante, loca!
¡No, mi altivez no sufre su maltrato!
Y si a olvidar no alcanzas al ingrato,
¡te arrancaré del pecho, corazón!




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